Es fundamental empezar a hablar de socialismo digital a nivel hispano, es algo que está sucediendo y que, para quienes nos encontramos en la Web, es muy importante entender. El término socialismo no está ligado a la concepción que antaño tenían los abuelos y puede ser la mayor innovación de estos tiempos. No se trata una ideología, ni de luchas de clases.
El Socialismo digital hace referencia a una fuerza colectiva, a una audiencia global que tiene objetivos y productos en común. Y, si bien no es una ideología, sí se comparten varias actitudes, técnicas y herramientas que promuevan la colaboración, el compartir, la agregación y la coordinación.
De ahí que, sin esperar beneficios económicos, cientos de personas trabajan en productos que se convierten en bienes útiles. Algunos casos de ello son Linux, Wikipedia o incluso, a nivel latinoamericano, Pio.la. En estos sitios de colaboración se busca aprovechar las actividades de la comunidad para poder erigir un “Algo” que puede ser aprovechado por un “Todos”.
Uno de los mejores posts que he leído sobre este tema es The New Socialism: Global Collectivist Society Is Coming Online escrito por Kevin Kelly. En éste se define claramente el nuevo socialismo, asegurando que es una serie de tecnologías que dependen de su poder en las interacciones sociales.
“En lugar de reunirse en las granjas colectivas, nos reunimos en los mundos colectivos. En lugar de las fábricas estatales, tenemos fábricas de escritorio conectado de manera virtual. En lugar de compartir las brocas, picos y palas, se comparten aplicaciones, scripts, y API´s (application programming interface) . En lugar de politburós sin rostro, tenemos meritocracia sin rostro, donde lo único que importa es hacer las cosas. En lugar de la producción nacional, tenemos la producción de pares. En lugar de las raciones y subsidios del gobierno, tenemos una abundancia de bienes libres”.
Así mismo, se cita a Clay Shirky con su libro Here Comes Everybody; donde se sugiere una jerarquía para estos nuevos acuerdos sociales. A continuación la útil clasificación de Clay, la cual nos muestra un poco más el contexto dentro del cual nos encontramos a la hora de hablar de socialismo digital.
Participación: “Las masas en línea tienen una voluntad increíble para compartir”.
Un ejemplo de ello son sitios como Facebook y MySpace, donde las personas diariamente comparten gran cantidad de información. De la misma manera, se encuentran actualizaciones de estado, mapas de geolocalización y mil millones de videos en YouTube, entre otros. Y, aunque “compartir es la forma más leve del socialismo”, sirve como base para un mayor nivel de participación en comunidad.
Cooperación: “Cuando los individuos trabajan juntos hacia un objetivo a gran escala, produce resultados que surgen a nivel de grupo”.
Ejemplo: la popularidad de las licencias de Creative Commons, donde se entiendo como “su imagen es mi imagen”. En este sentido, los agregadores tales como Digg y Reddit que permiten a los usuarios votar sobre diferentes enlaces y que puede dirigir la conversación pública tanto como los periódicos o las redes de televisión.
Colaboración: “Basta con mirar cualquiera de los cientos de proyectos de software de código abierto, tales como el servidor web Apache”.
De hecho el trabajo y el porcentaje de retribución es tan desfasados, desde una perspectiva de libre mercado, que estos esfuerzos de colaboración no tienen sentido dentro del capitalismo. En vez de dinero se optienen otros beneficios como la reputación, el disfrute, la satisfacción y la experiencia.
“No hay nada en especial acerca de la colaboración socialista de por sí. Pero las herramientas de colaboración en línea apoyan un estilo comunal de producción que huye de los inversores capitalistas y mantiene la propiedad en manos de los trabajadores, y en cierta medida los de las masas consumidoras”.
Colectivismo: “Si bien la cooperación puede escribir una enciclopedia, nadie es responsable si la comunidad no llega a un consenso y la falta de acuerdo pone en peligro la empresa como un todo”.
De ahí la necesidad de diseñar un sistema auto-dirigido donde se asuma la responsabilidad de los procesos críticos y donde las decisiones difíciles, como ordenar las prioridades, son responsabilidad de todos los participantes. Lo mejor, es que ahora las redes digitales proporcionan la infraestructura necesaria.
En nuestra cultura cada vez es más común el hábito de compartir, incluso lo que estamos pensando vía Twitter. De ahí que cada vez que se experimenta con el socialismo digital, vemos como se resuelven una serie de problemas que el libre mercado no ha podido y los resultados han sido sorprendentes.
“El poder compartir, la cooperación, la colaboración, la apertura, la libertad de precios y la transparencia ha demostrado ser mucho más práctico de lo que los capitalistas creían posible. Cada vez que experimentamos, nos encontramos con que el poder del nuevo socialismo es mucho más grande de lo que imaginábamos”, concluye Kevin Kelly.
Link en PulsoSocial http://pulsosocial.com/2009/12/21/hay-que-empezar-a-hablar-del-socialismo-digital/