Karl Orff, músico y pedagogo alemán, toma como base de su método, los ritmos del lenguaje.
La célula generadora del ritmo y de la música para Orff, está representada por la palabra hablada.
Comienza su obra con el recitado de nombres, llamadas, pregones. Se une la expresión y el ritmo: los niños deben recitar rimas, refranes ó simples combinaciones de palabras, tratando de hacer resaltar en todo momento, las riquezas rítmicas y expresivas que las naturales inflexiones idiomáticas le sugieren; y así, el ritmo, que naciera del simple lenguaje cotidiano, lentamente se va musicalizando.
Orff insiste en despertar la invención en los niños y que ésta surja espontáneamente.
Es importante resaltar un objetivo de este método: lograr la participación activa del niño, mediante la utilización efectiva de los elementos musicales.
Orff buscó los elementos de su método en el folklore de su país, en su tradición. Si bien comienza a partir de la palabra, luego llega a la frase, ésta es transmitida al cuerpo, transformándolo en un instrumento de percusión, capaz de ofrecer las más variadas combinaciones de timbres. Llegamos a la denominada percusión corporal, que en la faz rítmica, ha proporcionado importantes aportes a la pedagogía musical moderna. En la percusión corporal, prácticamente, todo el cuerpo trabaja en forma activa. Si bien ciertos miembros son los que solamente funcionan como instrumentos percutidores (pies, manos, dedos), todo el cuerpo se ofrece como caja de resonancias para los mismos.
También utiliza el eco, que es la repetición exacta de un motivo rítmico ó melódico dado. Se debe iniciar con ritmos y melodías simples, aumentando en forma progresiva las dificultades. Con estos ejercicios, el niño va aumentando el desarrollo de sus diversas destrezas y habilidades, agilizando su mente y su atención, lo que facilitará el trabajo de preguntas y respuestas rítmicas y melódicas.
Otro aspecto importante es trabajar con el ritmo, pulso y acento.
Ritmo: palmear el ritmo de una canción es hacer oír cada una de las figuras o valores musicales comprendidos en cada compás.
Pulso: es cada tiempo dentro del compás.
Acento: se marca en el primer tiempo de cada compás.
Para llegar al canto, procede de la siguiente manera: trabaja la estructura rítmica de la letra marcando los pulsos, acentos y reproduciendo el ritmo de la letra, por medio de palmeos, golpes de pies, o empleando pequeña percusión; cuando la base rítmica está segura, se entona la canción con el nombre de las notas; finalmente se canta la canción con la letra.
Una de las dificultades se presenta en la ejecución en conjunto, es el problema de mantener el “tempo”, el niño por naturaleza tiende a acelerar, a correr, debiendo el profesor, actuar de inmediato, al observar la menor alteración en el “tempo”.
Lectura musical
El niño debe familiarizarse con la imagen de las notas escritas. La percepción del ascenso y descenso del sonido, permite al niño, llegar a representarlos por medio de líneas. Luego que el niño se acostumbró a percibir el ascenso y descenso de los sonidos, se procede a la enseñanza de la escritura musical.
El método Orff recomienda actuar así: colgar en el pizarrón un sistro en forma vertical, al cual se le han quitado todas las placas, menos la tercera menor SOL-MI, trabándose con ellas. A la altura de estas dos notas, se trazan líneas horizontales, una para cada nota. El niño visualiza la altura sonora de cada nota, y cuando haya aprendido una canción en base a estos dos sonidos, la toca en el instrumento colgado en el pizarrón, escribiendo cada nota en la línea correspondiente. Paulatinamente se van agregando los demás sonidos.
El compás
Llega de la siguiente manera: la maestra dicta una pequeña melodía; pide a los alumnos que marquen el pulso; luego palmean el acento; finalmente, se explica a los niños que delante de cada acento se coloca una línea divisoria.
Instrumental Orff
Se preocupó de formar musicalmente al niño, entonces concentra sus estudios sobre el tipo de material instrumental que deberían ser empleados por los niños. Algunos instrumentos fueron inventados por él mismo; otros los hizo construir especialmente como ser: campanillas de cristal, xilofones, metalofones, flautas dulces y violines. También seleccionó instrumentos de percusión: pandero, triángulo,`platillos pequeños y timbales. El objetivo, era que el niño se expresara espontáneamente por medio de la música, y no, el lograr habilidades técnicas.
“Que nadie olvide tampoco que, si el ritmo es un elemento esencial
de la música, lo es en función de la melodía y de la armonía.
Con orquestas infantiles donde predomine únicamente la percusión,
podría perderse el sentido de aquella máxima de Mozart:
La melodía es el espíritu de la música”
Via Aula Musical con videos propuestos por Andrea Naranjo.